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El 1-X-2 podría estar llegando al final del partido muy mermado. Los nuevos tiempos han relegado al banquillo a uno de los titulares más significativos de Loterías y Apuestas del Estado, que ve cómo poco a poco la recaudación pasa a ser insignificante.

“Yo recuerdo las colas de los sábados a última hora de mucha gente en la puerta de la Administración”, recalca con nostalgia María, dueña de la Administración de la madrileña calle de Emilio Ferrari. “Ahora ves el taco de Quiniela y van para la basura fin de semana tras fin de semana”, se resigna. Y no le falta razón. El mítico juego de los signos está viviendo unos momentos muy delicados. En apenas ocho años, la recaudación se ha visto frenada hasta un 58%. Si en el 2009 se conseguían, de media, 10,3 millones por jornada , esta temporada ha menguado hasta los 4,4 millones. O lo que es lo mismo, de 557 millones a 264 por ejercicio, según el último informe de Loterías y Apuestas del Estado.

La Quiniela cumple esta temporada 70 años desde que se emitía el primer boleto ganador y, a pesar de que el formato sigue creando la ‘adicción’ sana por seguir los partidos de nuestra Liga, sufre ya una crisis severa y, sobre todo, tiene difícil remontar. Durante los últimos años, Loterías y Apuestas del Estado han intentado renovar el formato para intentar atraer a la gente como se hacía hace escasos años, pero sus esfuerzos han resultado en vano. “Yo echaba la Quiniela todas las semanas, tenía mis manías, mis trucos, mis dados… pero desde hace unos años se me han quitado las ganas de hacerla, ya no me gusta”, argumenta un hombre de avanzada edad que se encuentra en la administración de Emilio Ferrari. Hace unas temporadas, el boleto dejaba de tener el odiado y querido, a partes iguales, el pleno al quince para hacer más fácil la combinación ganadora. “Eso era lo que daba dinero y lo que te mantenía en tensión a la hora de prepararla. Hay mucho cuento chino ahora”, se lamenta el mismo señor mientras rellena la Primitiva. Y es que eso tampoco supuso la contención de la caída.

Otras ‘Quinielas’ que ha intentado introducir en el sistema de apuestas el organismo estatal, han sido la Quiniela de Champions League o el Quinigol. Sobre la primera de ellas, la lotera de la Administración de Emilio Ferrari asevera que pasa inadvertida para la mayoría de los clientes. “El 90% de la poca gente que hace esta apuesta es porque yo se lo intento ‘vender’, pero no suele conocerse habitualmente”, se resigna. El Quinigol, un boleto en el cual debes acertar el número de goles que va a marcar el equipo, tampoco ha tenido tirón. “El primer año había más juego, pero poco a poco se ha convertido en una apuesta residual, por no decir la más”, señala María.

LAS CASAS DE APUESTAS DESTRONAN A LA QUINIELA

Si el declive de la Quiniela ha sido fulgurante, todo lo contrario ha ocurrido con las casas de apuestas. Las salas de juego o los sitios on-line se han convertido en una opción más que apetecible para los usuarios dispuestos a apostar su dinero. La posibilidad de combinar cientos de partidos de diferentes Ligas y una amplísima gama de resultados, goleadores, posesiones o incluso lanzamientos hacen que los apostantes cambien el 1-X-2 por la atracción de la cuota.

Además, el idilio de LaLiga y de La Quiniela, que se terminó por romper hace dos años. Loterías y Apuestas del Estado era patrocinadora de la competición doméstica hasta que llegó un gigante de las casas de apuestas y le ha quitado ese patrocinio. “La publicidad nos está haciendo mucho daño a los que vendemos la Quiniela. Los espectadores son bombardeados en cada partido con los anuncios de Sportium y eso se ha notado”, insiste María.

Basta con ver los resultados cosechados de las casas de apuestas para comprobar que la Quiniela sufre momentos complicados. En el pasado año, la Dirección General de Ordenación del Juego ofrecía unos datos demoledores del gasto en España en apuestas deportivas. 33.396 millones de euros, lo que supone un 11,5% más que en 2015.

LOS MILLENIALS JUEGAN ESTE PARTIDO

Este vuelco tiene mucho que ver con la cuestión generacional. Debutaron hace poco tiempo, pero se han convertido en imprescindibles en el nuevo esquema que se ha dibujado en el mundo de las apuestas. La generación ‘Millenial’ ha decidido no contar con la Quiniela para hacer sus apuestas a través de los dispositivos electrónicos. “Los jóvenes, además de hacer las apuestas desde los dispositivos, prefieren apostar en directo y no tener que esperar todo el fin de semana para saber si ganan o no”, explica Jefferson, responsable de un establecimiento de una de la infinidad de casas de apuestas que abarrotan la calle Alcalá.