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Diversidad de adicciones.

Una característica común a todas las adicciones no tóxicas es que por lo general los afectados se lo ocultan incluso a su entorno más íntimo. «Es muy difícil que una persona reconozca abiertamente que es adicta». jóvenes que no duermen para jugar a la consola, ya que durante el día tienen que trabajar .

Y todos ellos realizan manifestaciones similares en la terapia: «Me siento fatal cuando hago lo que hago, ese sentimiento me genera culpabilidad, me genera una angustia que evito repitiendo la conducta». «Estoy metido en un círculo vicioso del que no puedo salir. Me avergüenzo de mí mismo».

 

Según Echeburúa y Corral (1994) cualquier conducta normal placentera es susceptible de convertirse en un comportamiento adictivo. Se podrían hacer usos anormales de una conducta en función de la intensidad, de la frecuencia o de la cantidad de dinero invertida y, en último termino, en función del grado de interferencia en las relaciones familiares, sociales y laborales de las personas implicadas. Los componentes fundamentales de los trastornos adictivos serían la pérdida de control y la dependencia.

ADICCIÓN A LOS VIDEOJUEGOS

Los juegos informáticos han desplazado al juguete tradicional. El 90% de los jóvenes tienen consolas o videoconsolas y hacen uso de las mismas.

El INJUVE. (Instituto Nacional De Juventud) dice que la mitad de los jóvenes entre 14-18 años son jugadores de videojuegos y un 36% han sido anteriormente.

¿Afición o adicción? ¿Dónde está el límite?

-No se trata solo de las horas. La adicción llega cuando el videojuego interfiere en tu vida cotidiana o no se busca esa conducta para pasarlo bien, sino para no pasarlo mal.

-Los problemas aparecen cuando existe una absoluta necesidad de desarrollar esa actividad y se experimenta ansiedad si no se lleva a cabo.

COMPRA COMPULSIVA

¿PATOLOGÍA O ESTADO DE BIENESTAR?

¿Cómo podemos saber si somos adictos al consumo?

  • Se obsesiona cuando ve algo que le gusta.
  • Tiene el impulso irresistible de comprarlo, aunque no le sea útil.
  • Se siente mal después de la compra.
  • Necesita ir a comprar o a ver cosas para sentirse bien.
  • Compra artículos o productos innecesarios frecuentemente.
  • Sus amigos o familia creen que tiene un problema con las compras.
  • Su nivel de gastos en caprichos es aproximadamente un tercio de lo que gana.
  • No sabe en realidad lo que gasta, pero tiene dificultades en llegar a fin de mes.
  • Antes de adquirir algo caro no piensa o comprueba si le queda dinero para ello.
  • No puede esperar un par de días en adquirir algo que le gusta, tiene que adquirirlo ya.

¿Qué se debe hacer?

  • Realizar un presupuesto de gastos, distribuyendo cantidades concretas a fines concretos.
  • Evaluar cada semana el nivel de gastos, comparándolo con lo previsto.
  • Anotar todos los gastos que se realicen diariamente, no importa la cuantía ni su necesidad.
  • Antes de salir a comprar realizar una lista en casa de lo que se va a adquirir.
  • No comprar nada fuera de la lista, si falta algo necesario, esperar unos días para comprarlo.
  • No salga a comprar con tarjetas de crédito, y utilícelas en muy pocas ocasiones que estén previstas de antemano.
  • Anote todas las compras que realice con tarjetas de crédito.
  • Calcule el dinero que vaya a necesitar y no lleve de más.
  • Realice las compras en varias tiendas especializadas.
  • Si compra en una gran superficie, lleve la lista hecha, compruebe al llegar a caja si ha comprado productos que no están en ella, devuélvalos.
  • No pase tiempo de tiendas, picará. Busque otro entretenimiento.
  • Si va a una tienda y no está lo que quiere, salga sin comprar nada.

MOVILES

La adicción al móvil puede afectar a una de cada mil personas. Se produce con más frecuencia en familias desestructuradas, así como en individuos con un nivel de estudios superiores y un poder adquisitivo medio-alto.
Los adolescentes conforman el grupo más susceptible. A partir de los doce años, la mayoría de los chavales posee un móvil para uso personal, y muchos encuentran en él un modo de relacionarse con el mundo.
Son un sector de riesgo. Una de las causas más importantes de este problema es la falta de madurez y, en esta etapa, la personalidad aún está «en construcción».
El principal escollo que mina el tratamiento es la accesibilidad: los terminales son fácilmente adquiribles y, para peor, el bombardeo publicitario de los fabricantes y operadores es constante. A esto se le suma que en la sociedad no existe el 'efecto rechazo' a su uso.

Aunque esta patología tiene características propias, comparte con las demás adicciones una base común. Se manifiesta en personas inseguras, de carácter inmaduro, con inestabilidad emocional y graves dificultades para establecer relaciones sociales.
La rehabilitación no es rápida ni sencilla. Las 'recaídas' son una amenaza constante durante la terapia, en cuyo transcurso el gran problema radica, más que en la reincidencia, en que los pacientes suelen sustituir una adicción por otra. «Las adicciones raramente vienen solas. Por lo general, están asociadas. Así, un paciente puede salir de su dependencia del móvil y engancharse después a Internet o cualquier otra cosa».
Al tratamiento farmacológico con ansiolíticos o antidepresivos se le agrega un trabajo con sesiones grupales e individuales para reforzar la autoestima. «El sujeto está rehabilitado cuando es capaz de comprender cuál es la significación de esa conducta adictiva en el contexto de su vida», cuya labor se extiende «hasta que la persona está consolidada».

INTERNET

Así como algunos son adictos a las drogas, el juego o el tabaco, otros lo son a pasar horas pegados a Internet, un fenómeno que un creciente grupo de especialistas de Estados Unidos considera un "problema psiquiátrico". El aislamiento y la pérdida de autoestima son, según estos expertos, algunos de sus síntomas.

Los problemas surgidos de la dependencia trascienden el ámbito de lo intrapersonal. Desde un punto de vista sistémico, los efectos negativos de la adicción se expresan en los ámbitos familiar, académico y profesional (Young, 1999). El adicto se aísla del entorno y no presta atención a otros aspectos de las obligaciones sociales (Echeburúa, 1999).

Young también ha utilizado una serie de criterios diagnósticos parecidos a estos en sus estudios preliminares (Young, 1996), basándose en los del abuso de sustancias del DSM – IV. Sin embargo, posteriormente (Young, 1996) propuso una serie de criterios adaptados de los criterios para Juego Patológico, por parecerles estos más semejantes a la naturaleza patológica del uso de Internet. Dichos criterios se estructuran en un breve cuestionario de ocho items:

1. ¿Te sientes preocupado con Internet (pensamientos acerca de la última conexión o anticipas la próxima sesión)?
2. ¿Sientes la necesidad de incrementar la cantidad de tiempo de uso de Internet para lograr la satisfacción?
3. ¿Ha hecho repetidamente esfuerzos infructuosos para controlar, reducir. O detener el uso de Internet?
4. ¿Se ha sentido inquieto, malhumorado, deprimido o irritable cuando ha intentado reducir o detener el uso de Internet?
5. ¿Se queda más tiempo conectado de lo que inicialmente había pensado?
6. ¿Ha perdido o puesto en peligro alguna relación significativa, trabajo, oportunidad educativa o profesional debido al uso de Internet?
7. ¿Ha mentido a los miembros de su familia, terapeuta u otros para ocultar su grado de implicación con Internet?
8. ¿Usa Internet como un medio de evadirse de los problemas o de aliviar un estado de ánimo disfórico?