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Esperamos que esta sea la senda que sigan más paises entre ellos el nuestro.

En Argentina se presentó un Proyecto de Ley por el cual se crea el Programa Nacional para Atención integral para la prevención, detección temprana, tratamiento y rehabilitación de la ludopatía, en el ámbito público y privado.

La enfermedad de la ludopatía se define como un trastorno mental o adicción patológica a los juegos de suerte y azar. Es un comportamiento caracterizado por la no capacidad de abstenerse o detenerse respecto al juego.

Frente a una sociedad donde la oferta de juegos de azar supera todo límite y precisamente son el Estado Nacional y los provinciales quienes mayoritariamente los ofrecen, la legisladora chaqueña Gladys Soto, propone crear un ámbito para atender esta patología.

La diputada entiende que deberá ser el Ministerio de Salud y Ambiente de la Nación la autoridad de aplicación de la presente ley, organismo que además deberá proceder a registrar la ludopatía como enfermedad, determinar su tratamiento e incorporarla al Programa Médico Obligatorio (PMO).

Entre los fundamentos del proyecto, Soto destaca que “esta patología, poco conocida desde el ambiente de salud y muy aceptada desde el ambiente social se parte de los conceptos sobre adicciones ya que la ludopatía o juego patológico es una adicción”.

La fundamentación de su pedido es extensa y profunda, citando innumerables autores, por ello la autora aclara que “así como la toxicología, farmacología, psicopatología y medicina legal hace referencia de adicción relacionada al consumo de drogas, de sustancias psicoactivas, que al ingresar al organismo generaban alteraciones físicas y/o psíquicas. En esta oportunidad tendremos que incorporar definiciones que no se refieran solo a sustancias sino también a conductas, ya que una de las características del jugador compulsivo, es su trastorno conductual”.

Señala además que “el juego se transforma para el jugador patológico o compulsivo en el eje principal de su vida. Es un esclavo del mismo. El juego controla todos sus aspectos de su vida aunque el adicto cree manejar al juego o todo tipo de situación”, aunque aclara que “no podemos pensar que el juego en sí mismo es productor de patología”.

La legisladora remarca que “en la Argentina no existen registros estadísticos, ni lugares de asistencia. Lo existente en la atención al ludópata, en los servicios de salud de la Ciudad de Buenos Aires, es pobrísima; todo se reduce -a pesar del incremento de la demanda- a los mismos tres efectores, con las mismas carencias y limitaciones, que había hace dos años.

Estos son un centro de atención dentro del Servicio de Adicciones del Hospital Álvarez, que funciona hace más de seis años, donde un pequeño grupo de psicólogos atiende -no más de dos días a la semana- a los afectados y a su grupo de familiares; un servicio similar en el Hospital Pirovano que atiende los miércoles -solo a quienes son derivados desde el IJA- y un grupo de autoayuda que funciona, solo de 8:30 a 12 hrs., en el interior del Hospital Rivadavia. El personal es mínimo y no tiene disponibilidad completa, los recursos son pocos, el horario de atención es muy reducido”.

Ya sobre el final, hace hincapié en que “la adicción al juego es una de las tantas adicciones sin sustancia que están afectando a nuestra sociedad. Es sólo a través de políticas públicas serias y mediante la prevención es que lograremos erradicar este flagelo de la ludopatía”.