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Amalajer te ayuda a salir del juego adictivo

  • Amalajer advierte que es una adicción que supone la “ruina económica” de muchas familias y que rompe la confianza entre sus miembros por “engaños y mentiras”

  • Los jóvenes recaen más que los mayores porque “pretenden ganar dinero rápido con el juego”

  • Jóvenes y ya con deudas por la adicción, el perfil de los nuevos jugadores de azar en Málaga

  • “España perdió una generación con la heroína; puede perder otra por el juego”

Francisco Abad lleva más de tres décadas tratando de sacar a personas de la adicción a los juegos de azar que él superó. Con esa experiencia, manifiesta su preocupación por la edad cada vez más baja de quienes llegan a la organización que preside para intentar salir de un remolino que los atrapa, arruinando su economía y, a veces, también destruyendo sus familias.

Abad explica que mientras hace unos años la mayor parte de las personas en tratamiento en la Asociación Malagueña de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Amalajer) tenía entre 35 y 45 años, en la actualidad el grupo más numeroso es el que se sitúa entre 18 y 27. “A veces llegan jóvenes con 20 años y ya con una deuda de unos 6.000 euros”, asegura. Aclara que la demanda de rehabilitación aumenta y que hay personas de “todas las edades” en tratamiento. Pero que lo que más llama la atención es que el grueso sean tan jóvenes; puesto que algunas apenas han alcanzado la mayoría de edad.

No es el único cambio en el perfil de los casi 300 jugadores en rehabilitación que tiene la asociación. Antes, dado que la edad era más elevada, solían ser autónomos o con un trabajo estable; es decir personas con solvencia, que dilapidaban en el juego sus ingresos y hasta su patrimonio. Ahora, se trata de jóvenes que se están insertando en el mundo laboral, con poco poder adquisitivo y que tras caer en la adicción, piden créditos para afrontar su pulsión por los juegos de azar. “Actualmente, se consigue un préstamo de 2.000 euros en un clic. Y eso, para las personas adictas al juego es un problema porque creen que jugando más van a pagar la deuda”, señala el presidente de Amalajer.

Antes, para poder apostar, los jugadores tenían que tener una situación solvente. “Pero ahora, con los préstamos rápidos ya no necesitan eso”, indica Abad. Apenas ganan sus primeros sueldos y ya adquieren trampas que pueden rondar los 6.000 euros. Al entrar en esa espiral de créditos y ludopatía, hay veinteañeros que llegan a adquirir deudas de más de 30.000 euros.

Cuenta el presidente de Amalajer que a veces los padres “creen que sus hijos han tenido un tropiezo y le pagan la deuda”. Pero el problema es que muchos “no enmiendan” y la bola de trampas se agranda. Porque esa es otra diferencia con respecto a épocas anteriores. Cuando las edades eran más altas, había menos proporción de recaídas. Ahora los jóvenes reinciden más en su conducta adictiva. “Porque quieren todo muy rápido; sea ganar dinero o salir del problema jugando, cuando ven que han acumulado una deuda importante”, explica Abad.

Debido a la madeja creciente de deudas, para algunos jugadores y sus familias supone la “ruina económica”. Hay casos –según el presidente de la asociación– de personas que han perdido hasta 500.000 euros. “Todo su patrimonio... porque mientras tengan, siguen jugando”, afirma.

Y no sólo se destruye la economía, sino también muchas veces la confianza recíproca entre los miembros de la familia y a veces el propio núcleo familiar. Porque hay demasiadas mentiras y engaños. “Dicen a sus familiares que no les han pagado en el trabajo o que les han robado. Todo, antes de reconocer que se lo han gastado en juego y que tienen una adicción, porque es una adicción tan o más perversa que la de sustancias”, comenta. Así, hay parejas que por estas vicisitudes acaban en separación. “Normalmente, las mujeres aguantan menos la situación que los padres”, añade.

El perfil de las personas en rehabilitación en Amalajer suele ser el de un varón. Estos representan más del 80%. Sin embargo, Abad matiza que la ludopatía también afecta a mujeres. Sólo que por el estigma social, “se ocultan y tienden a no admitir su realidad”.

Otro cambio social de hace ya unos cuantos años es que al juego presencial se ha sumado el on line. Una característica que dificulta aún más la superación de la ludopatía. Porque las apuestas están a disposición en la propia casa, desde un ordenador.

Abad considera que hay mucho por hacer para atajar este tipo de adicción. No obstante, reconoce el avance que ha supuesto que ahora sólo se permita la publicidad de apuestas muy pocas horas al día y en la franja de la madrugada.

El juego se considera patológico cuando la persona pierde la libertad y el control y, tras haber perdido, sigue jugando en la creencia de que podrá recuperar el dinero apostado. Se estima que los “jugadores excesivos” suponen en torno al 5% de la población y que de estos, más de la mitad, ya han caído en el juego patológico.

Amalajer, una asociación con más de 30 años de trayectoria

La Asociación Malagueña de Jugadores de Azar en Rehabilitación (Amalajer) comenzó su andadura en 1989. Durante estos años ha cambiado el perfil de personas a las que atiende hacia usuarios cada vez más jóvenes. Lo que se mantiene intacto es el compromiso de esta organización para intentar ayudar a quienes caen en la ludopatía.

La organización tiene un concierto con la Consejería de Salud para ofrecerles tratamiento. A diferencia de centros privados en los que éste puede costar entre 500 y 600 euros mensuales, en esta asociación sin ánimo de lucro la atención es gratuita. Sólo hay que abonar una cuota mensual de 25 euros. Amalajer ofrece terapia de grupo y apoyo psicológico, tanto para los afectados como para sus familiares. En la asociación trabajan tres empleados. Pero su labor es posible gracias a que además colaboran con su objetivo una veintena de voluntarios que, generalmente son jugadores rehabilitados y que son imprescindibles para que otras personas que han caído en esta adicción puedan salir de ella.