Intervención de la psicóloga de Amalajer en la Comisión del Pleno del Ayuntamiento de Málaga, apoyando una moción con el objetivo de "Crear una comisión e Instar" a la Junta de Andalucía a cambiar la ley de Juego. No se ha aprobado, recibiendo solo el apoyo de Unidas Podemos y PSOE.
La directora del equipo clínico de Amalajer Raquel Castro Bohorquez presenta la propuesta ante el pleno del ayuntamiento de Málaga
"En este vídeo vamos a ver una nueva y realmente rentable manera de poder ganar dinero gracias a las criptomonedas"
Así comienza uno de los miles de vídeos que inundan las redes sociales con cientos de youtubers, streamers e influencers que ofrecen la receta mágica de la riqueza fácil y rápida. Lo cuentan con tal desparpajo que resulta complicado resistirse a la posibilidad de ser el próximo Elon Musk o Jeff Bezos a golpe de Bitcoin o Dogecoin. Muchas personas no quieren quedarse fuera y lo que empiezan siendo pequeñas cantidades, termina convirtiéndose en una espiral de inversiones, deuda y aislamiento que a menudo acaba en consultas como la de la doctora Susana Jiménez. Su diagnóstico es claro: criptoadicción.
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Hace apenas unas semanas saltaba a los medios la noticia de que la publicidad de casas de apuestas y juegos de azar quedaba restringida en nuestro país. Puede que fuera una novedad banal para muchos, pero la realidad es que la medida se ha creado como respuesta a un problema cada vez más frecuente en nuestra sociedad y, en especial, entre los jóvenes: la adicción a las apuestas y juegos online. Según el número de atendidos en los centros de la Federación Española de Jugadores de Azar Rehabilitados, este entretenimiento web es ya la principal causa de ludopatía entre los españoles menores de 26 años.
Tal como explica la Unidad Central de Participación Ciudadana de la Policía Nacional, este problema entra dentro de las conocidas como ‘adicciones sin sustancia’. Este grupo incluye todo tipo de trastornos de dependencia vinculados a actividades humanas diversas que, aunque a priori parezcan inofensivas, pueden terminar por generar una adicción.
La realidad en nuestro país es que el 50,4% de las personas que apuestan a través de internet tiene entre 18 y 34 años, lo que suma más de un millón de jóvenes en términos absolutos. Salta a la vista que la cifra es, sin duda, preocupante, pero más alarmante es saber que más del 10% de los adolescentes de entre 14 y 18 años realiza apuestas online. Sobre todo, teniendo en cuenta que la legislación prohíbe jugar dinero real a los menores de edad. Entonces, ¿cómo lo hacen? “Los menores utilizan artimañas para poder acceder a los juegos online, como puede ser el empleo de los DNIs de sus familiares o de las tarjetas de crédito que haya disponibles en su domicilio”, subraya la Policía.
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Durante la pandemia creada por el nuevo coronavirus, hubo un momento en el cual no podías salir de casa para pasear, se catalogaba este hecho como un peligro, pero podías ir a trabajar o a consumir a un bar. Este hecho fue un claro ejemplo de que los sectores orientados al consumo o a la producción son "esenciales" a día de hoy para garantizar la estabilidad socioeconómica de este país.
Es bien sabido que al capitalismo le interesa mantener entretenidos y ocupados a sus productores. El ocio capitalista, el único que conocemos, diseñado para que el trabajador se olvide de todos los problemas que le genera el mismo sistema, sigue rigiendo nuestras vidas. Y uno de esos elementos que es sumamente beneficioso para el sistema debido al capital privado que genera y debido a su poder alienante es el juego.
Según los últimos datos, uno de los sectores que mayores beneficios ha obtenido durante la pandemia ha sido el mismo sector del juego (que casualidad), ya que se han disparado las ayudas públicas y medidas a favor del sector.
Aunque el Ministerio de Consumo prepara un endurecimiento de las limitaciones a la publicidad de las apuestas y los juegos de azar incluidas en la reforma legal que presentó en febrero, al menos seis comunidades autónomas han establecido medidas de apoyo. Andalucía, Cataluña, Región de Murcia, Islas Baleares y Extremadura han bonificado tasas al sector del juego, al igual que el Ayuntamiento de Madrid o la provincia de Bizkaia.
Bruno Cortés, psicólogo de la Asociación para la Prevención y Ayuda al Ludópata (APAL), ha mostrado su preocupación al respecto:
El negocio del juego supone un peligro para un importante porcentaje de la población. Esas ayudas no van a favor del grueso de la población. Me parece poco menos que terrorífico
A su juicio, el posible deterioro económico del sector no justifica la recepción de ayudas públicas. “El juego genera problemas sociales en muchas familias. Moralmente este tipo de ayudas no son aceptables”, señala.
El sector, que suma cerca de 160.000 máquinas recreativas en unos 130.000 establecimientos, se defiende recordándonos que hace una contribución de 1.124 millones de euros a las arcas autonómicas en impuestos y de 570 millones de euros en cotizaciones a la Seguridad Social.
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