fuente: elconfidencial.com
Los ayuntamientos plantean cambiar sus normativas urbanísticas para impedir que los locales de azar se sitúen cerca de colegios, parques y zonas deportivas
No son zonas pudientes, hay una gran población y abunda la clase trabajadora. Los tres distritos de Málaga capital que concentran el 70% de las casas de apuestas son Carretera de Cádiz, Cruz del Humilladero y Bailén/Miraflores. Hay 79 locales en la ciudad. Los menores entran primero por curiosidad, luego por el morbo; se enganchan, ganan dinero, pierden muchísimo más, se endeudan… y sufren problemas de todo tipo. El Ayuntamiento malagueño, como el de Sevilla o Cádiz y otras ciudades españolas, quiere parar esta sangría social que destroza vidas.
¿Y cómo hacerlo? Prohibiendo este tipo de negocios a menos de 500 metros de colegios, institutos, parques y jardines y zonas deportivas. Lo que hay que hacer es cambiar el PGOU (Plan General de Ordenación Urbana) y ahí aparece la guerra de competencias, ya que cualquier modificación de esta ‘Biblia’ de la normativa de cada municipio solo puede ser aprobada por el Gobierno autonómico, que también tiene las competencias en materia de juego.
La Consejería de Hacienda del Gobierno regional ha dejado muy claro que por ahora no respalda esta iniciativa de los municipios andaluces hasta que no salga adelante un decreto en el que se compromete a modificar el reglamento de establecimientos de juego. En 2017, cuando gobernaba el Ejecutivo socialista de Susana Díaz, la Junta autorizó las apuestas deportivas en los salones de juego.
La Plataforma Málaga Contra las Casas de Apuestas y la Asociación Malagueña de Jugadores de Azar En Rehabilitación (Amalajer) fueron las principales impulsoras para que el Ayuntamiento de Málaga aprobara el 29 de octubre (Día Internacional de los Juegos sin azar) dar inicio a los trámites para la nueva normativa. La propuesta salió adelante con el voto favorable de todos los grupos. Este viernes se ha aprobado en la Junta de Gobierno local.
Raúl López, concejal de Urbanismo de Málaga, explica a El Confidencial que los servicios jurídicos han estudiado el asunto y lo ven viable. “Nosotros no queremos regular el juego, sino lograr que estos locales se sitúen en lugares menos dañinos porque es conocida la adicción de los menores. Entendemos que es una competencia municipal, pero si hay algún obstáculo legal, lo pararemos”, admite López.
Sintonía con Garzón
Hay un tercer actor institucional que también cuenta con una cuota de protagonismo. Se trata del ministro de Consumo, Alberto Garzón, que la semana pasada se reunió con el alcalde de Málaga, Francisco De la Torre, en la sede del Ayuntamiento. Aunque no lo manifestaron públicamente, ambos mostraron una clara sintonía en este asunto. El Ministerio celebra que haya ayuntamientos que están modificando su plan de usos del suelo para impedir la apertura de nuevas casas de apuestas. Argumentan que defienden "la salud pública y por la protección de los sectores más vulnerables de la población, incluidos los menores de edad. Existe una alarma social justificada por las patologías derivadas del juego problemático y, en ese sentido, necesitamos la complicidad de todas las administraciones en la tarea”, indicaron a El Confidencial fuentes oficiales de Consumo.
El Ayuntamiento de Barcelona ya aprobó el pasado mes de diciembre modificar su plan de usos del suelo para impedir la apertura de nuevas casas de apuestas. En su nuevo PGOU impulsará que los locales de juego se encuentren como mínimo a una distancia de 800 metros de un centro educativo y a 450 metros de equipamientos municipales y de salud.
El alcalde de Cádiz, José María González ‘Kichi’, aprobó el pasado mes de septiembre una limitación en las casas de apuestas de la capital gaditana. El Ayuntamiento de Sevilla también impulsó hace un año una moratoria en la aperturas de estos locales. Garzón respalda estas iniciativas que no solo proceden de los partidos de izquierda. Además del de Málaga, los ayuntamientos de Tomares (Sevilla), el municipio más rico de Andalucía, y el de Córdoba, ambos regidos por el PP, han iniciado trámites para cambiar sus normas urbanísticas.
Alejandro Torre, 23 años, relató a El Confidencial su historia de ludópata y cómo salió del infierno. Hoy ayuda a otros jóvenes
La Junta tiene la última palabra y anunció el pasado mes de febrero que limitaba las próximas aperturas de casas de apuestas a 150 metros de los centros educativos. Esta medida formará parte del próximo decreto autonómico. Alejandro Torre, estudiante de Periodismo y promotor de la plataforma Málaga contra las Casas de Apuestas, ya relató hace un año su historia a El Confidencial como ludópata y cómo salió del infierno.
Nadie mejor que él para mostrar una realidad muy dura en negocios a los que “no les hace falta hacer estudios de mercado porque saben a quién dirigirse”, apunta Torre. Este año cumple 24 y empezó a jugar a los 16. Lleva dos años en rehabilitación y es voluntario en la asociación Amalajer. Y espera que la normativa se ponga en marcha y que salve a otros jóvenes. Aquí no queremos casa de apuestas.