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Después de año y medio al frente de una cartera que ha sido el centro de la polémica en numerosas ocasiones, Garzón no teme que una posible remodelación del Ejecutivo nacional le afecte ni a él ni a su equipo porque el bloque de Unidas Podemos «se autogestiona» - En las postrimerías del actual curso político, el dirigente de IU habla con La Opinión sobre política andaluza y nacional, la factura de la luz y la regulación del juego

Alberto Garzón, en los momentos previos a la entrevista.

Aunque siempre le acompaña una agenda atestada de reuniones y eventos, los viajes a Málaga son los que más disfruta el ministro de Consumo, Alberto Garzón. Después de la vorágine institucional y mediática, aprovecha para visitar a su familia. Aunque no ha pasado ni medio año desde que visitó la capital malagueña, el líder de Izquierda Unida volvió a verse con Francisco de la Torre, un dirigente con el que mantiene una grata relación a pesar de pertenecer a signos políticos antagónicos. «Es una persona muy amable, se puede discrepar y conversar con él, cosa que no es tan sencillo decir en Madrid», confiesa.

Esa es una materia de la que hay muchos rumores y que, si finalmente se produjese, es competencia exclusiva del presidente del Gobierno. Nosotros no sabemos absolutamente nada y, en cualquier caso, no nos afectaría porque tenemos claro que es un Gobierno de coalición en el que la parte de Unidas Podemos se autogestiona, por decirlo de alguna manera.

Le pregunto por su cartera, en caso de que hubiese renovación, ¿se mantendrá?

Nosotros no estamos en absoluto preocupados, estamos desarrollando nuestro trabajo y no echamos cuenta a los rumores. Pero, además, en este caso específico, toda la parte que corresponde a Unidas Podemos lo decide Unidas Podemos porque hay un acuerdo de coalición vigente y eso es a lo que nos debemos nosotros. Entonces, la legítima estrategia del Partido Socialista no nos afecta.

Usted mantiene que «no se ve» como candidato de Unidas Podemos a la Junta de Andalucía. Eso no es un no rotundo…

Bueno, yo digo que no. Creo que yo estoy haciendo ahora mismo otra labor, otras funciones y otras actividades. Creo que lo estamos haciendo bien y para eso me eligieron como diputado, para poder desarrollar un acuerdo de gobierno, que lo hemos conseguido empezar a desplegar. Estoy convencido de que el candidato o candidata que se elija por Andalucía por parte de Unidas Podemos, para empezar, lo decidirán los militantes andaluces y yo creo que lo harán extraordinariamente bien. No me puedo inmiscuir en esas decisiones.

Sin embargo, su partido aquí lo ve literalmente como un «candidato excepcional».

Yo agradezco todos esos elogios porque significa que hay un reconocimiento del trabajo que estamos haciendo y que particularmente hago yo en los últimos años como coordinador federal, como diputado, como figura pública... pero no estoy en esa tarea.

¿Cómo encajaría la coalición de Unidas Podemos un adelanto electoral en Andalucía?

Nosotros tenemos que estar preparados para cualquier escenario. Puede que el presidente Bonilla decida adelantar las elecciones pero puede que no. Compete exclusivamente a él, él dice que no... podría ser así. La clave es que nosotros tenemos que estar preparados y yo creo que la militancia de Izquierda Unida y Podemos en Andalucía lo está. En Izquierda Unida tenemos una implantación territorial muy fuerte en Andalucía, tenemos 2.000 concejales, más de 60 alcaldías... nos da una fortaleza. Además, estamos en una nueva fase en la que nuestra referente en todo el estado es Yolanda Díaz, que está haciendo un trabajo espectacular. Tenemos buenos mimbres para un resultado electoral bueno sea cuando sea.

Hablemos de la luz. ¿Qué pasará cuando expiren las rebajas fiscales coyunturales que ha aprobado el Gobierno para hacer frente a la subida del precio de la luz? Se habla de que va a ser una subida estructural.

El objetivo tiene que ser que la factura de la luz sea asumible por las familias trabajadoras. Eso significa que si la medida que hemos aprobado hace un par de semanas de la bajada del IVA llega a finales de año y sigue siendo necesaria, tendrá que seguir estando en vigor. Y, luego, creemos que las reformas estructurales que estamos aprobando van a tener un efecto, pero son reformas que se aplican lentamente. Estaremos reformando el mercado energético de lo que no se ha hecho en 40 años, lógicamente, los resultados van a tardar pero, mientras eso va teniendo efecto, hay que hacer medidas extraordinarias para que sea asumible.

Alberto Garzón, en los momentos previos a la entrevista. ÁLEX ZEA

Escribió un tuit precisamente sobre la subida de la luz hace poco que generó polémica y recibió un aluvión de respuestas, sobre todo por parte de la derecha, recriminándole que era ministro así como diferencias en su discurso cuando estaba en la oposición. ¿Qué opina?

Yo sigo pensando lo mismo que pensaba antes y escribo lo mismo que pensaba antes. Los tweets que yo haya lanzado hace cinco o diez años son los mismos que lanzo ahora. Lo que tenemos que tener en cuenta al mismo tiempo es que nosotros ya estamos haciendo reformas que no hizo el Partido Popular, de hecho ya estamos revirtiendo. Hemos bajado el IVA y el PP subió el IVA. Apoyamos las renovables y el PP dificultó las renovables. Nosotros tenemos un acuerdo de coalición, por tanto, significa que hay diferencias también entre las dos partes, pero seguimos presionando dentro de nuestras fuerzas de Unidas Podemos para conseguir todo lo que entendemos que sea lo mejor para este objetivo concreto, que es bajar el precio de la factura de la luz. Hay algunas partes que no son competencia del Gobierno sino de la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia, que es un organismo autónomo. Entonces ese tuit concreto que hablaba de la tarifa de la luz es una tarifa que hace la CNMC, no el Gobierno. La derecha lo sabe pero está en una dinámica de acoso y derribo contra el Gobierno de España, sea verdad o mentira lo que diga. De hecho, normalmente es mentira. Están literalmente aprovechando cada oportunidad para atacar este gobierno porque creo que late en su corazón el rencor de haber perdido el gobierno en el 2018. No creo que haya que darle es demasiada importancia.

¿Cuál es el papel de las casas de apuestas en la sociedad?

Los juegos de azar siempre han existido desde que tenemos registros históricos, desde el Imperio Romano hasta la actualidad. El problema de las apuestas deportivas es que han tenido una extensión tan grande en los últimos cinco años que han coincidido con un deterioro económico para nuestro país como respuesta de la crisis anterior. El que juega en una casa de apuestas presencial juega también en el móvil, en online, entonces la frontera entre lo online y lo no online es difusa. Es un problema serio de salud pública que afecta sobre todo a la gente más joven y a la gente más pobre. Nosotros hemos iniciado una línea radical contra esa extensión, y lo primero que hemos hecho ha sido prohibir toda la publicidad, porque se había disparado. Ahora mismo estamos viendo la Eurocopa y todavía, porque nuestra reforma entra en vigor el 1 de septiembre, ves un montón de anuncios de casas de apuesta que te invitan a apostar. Desde el 1 de septiembre ningún jugador puede llevar camisetas de la marca de apuestas, no lo vas a poder ver en la tele, en la radio, en internet... todo eso lo hemos hecho nosotros con muchísima dificultad, porque nos enfrentábamos a gente con mucho dinero: la línea de fútbol ha recurrido, medios de comunicación han recurrido... Ahora nos toca abordarlo con las comunidades autónomas, que son las que tienen las competencias.

¿Hasta dónde debe llegar la regulación? En Andalucía se ha impuesto una distancia mínima de 150 metros de los centros educativos a la par que se ha rebajado la fiscalidad al sector.

Nosotros estamos tratando de llegar a un acuerdo con todas las comunidades autónomas. No todas piensan exactamente lo mismo, algunas se preocupan más y otras menos. A mí el caso de la Junta de Andalucía me preocupa porque han aprobado una norma para que las casas de apuestas nuevas no estén a menos de 150 metros de centros escolares. 150 metros es muy poco, la mayoría de las comunidades autónomas están poniendo 500 metros. La laxitud con la que la Junta de Andalucía está abordando este problema es preocupante, y al mismo tiempo hay bonificaciones fiscales. Bonificaciones que no tienen otras familias las tienen las casas de apuestas. Creo que es muy preocupante porque el mensaje que estamos mandando es que es un sector sin riesgo y la Junta de Andalucía tiene que explicar a la gente que el juego es legal pero que ese tipo de actividad conlleva riesgos. Eso se lo hemos trasladado también a la Junta, que tiene que ser más estricta.

¿Habrá un acuerdo de mínimos con las comunidades?

Nosotros no les podemos decir lo que tienen que hacer pero sí queremos que se alcancen acuerdos porque entendemos que lo razonable es que se haga más o menos lo mismo en todas las comunidades autónomas. No tiene sentido que unas comunidades pongan 100 metros y otras un kilómetro. Además, estamos consiguiendo acuerdos en esta línea, parecidos. Por ejemplo, hay un registro donde la gente que sabe que tiene un problema se registra para que no le dejen jugar. Esos registros pertenecen a las comunidades autónomas. Nosotros estamos consiguiendo que haya un registro único porque si no tú puedes registrarte en Andalucía pero si te vas a Castilla-La Mancha sí puedes jugar. Ahí estamos encontrando cohesión, en cambio, en las distancias no lo estamos consiguiendo.

Hay una división entre los que dicen que se demoniza a un sector que genera empleo y los que condenan su impacto en los barrios más humildes. ¿Dónde se ubica?

En la política siempre hay tensión y contradicción. De hecho cuando quieres cambiar las cosas, significa que hay gente que se va a resistir a esos cambios. Eso siempre es así. La clave es qué priorizas. Y nosotros creemos que cuando hablamos de salud pública, hablamos de lucha contra la ludopatía, eso tiene que ser la prioridad absoluta. Nosotros hacemos muchas gestiones más allá de la regulación. Les pedimos a los clubs de fútbol que tuvieran en cuenta el valor social del fútbol y del deporte en general, porque entendíamos que el fútbol tiene que educar a la gente que le gusta, a los jóvenes, pero que no te empujen a prácticas que te pueden hacer perder tu vida. Porque cuando se endeuda una persona de 19 años por que tiene que pagar las deudas que ha contraído por la apuesta deportiva, la administración no puede mirar para otro lado.

¿Existe el consumo responsable?

Sí, mucha gente juega y puede ganar, puede perder, y no tiene una afectación en su práctica. No es una actividad cotidiana, no es compulsiva, no le genera ningún trastorno del juego, invierten pocas cantidades... ese perfil existe, pero el problema no es ese tipo.