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Entrevista a nuestro presidente Francisco Abad en la Voz de Almería

Francisco Abad es presidente de la Federación Andaluza de Jugadores de Azar en Rehabilitación-FAJER, entidad que agrupa a una decena de asociaciones, entre ellas a la almeriense Indalajer que recientemente organizó en Roquetas de Mar su convivencia provincial a la que asistió este jugador rehabilitado de 63 años.

-¿Cómo está la situación de las ludopatías en Andalucía?

- La situación va cambiando a peor. En los últimos cuatro o cinco años los presupuestos que se dedicaban a programas de tratamiento y prevención del juego han bajado en torno al 70 por ciento. Desde la Federación nos hemos visto obligados a cambiar la estructura administrativa de apoyo y de funcionamiento. Seguimos dando ese soporte pero lo hacemos de una forma personal, después de finalizar el trabajo diario. Esto limita mucho la capacidad de la Federación. Andalucía ha pasado de ser la primera en tratamiento y prevención de adicciones de drogas, alcohol y juego, a estar en el último lugar.

-¿Cunde entonces el desánimo en las asociaciones?

-Nos vemos obligados a tener que recortar en tiempo de trabajo de los profesionales para poder mantener los puestos, a reducir jornada, a tener que cambiar locales, dejar de dar una prestación de una mayor calidad y comodidad.

-¿A cuántos afectados y familias están atendiendo en Andalucía?

-Estamos por encima de las dos mil personas. Además, también interesante dar tratamiento a las familias. Por cada uno que llega a nuestra asociación, son tres las personas que se incorporan a nuestro tratamiento tanto de terapias de autoayuda como psicológicas, porque la familia está tan mal como el propio jugador o incluso peor.

-Tanta publicidad del juego, no ayuda mucho a la prevención.

-Sería muy fácil crear un registro y que todas aquellas personas que quieran jugar se tengan que registrar. ¿Los cazadores no se tienen que sacar una licencia? Esto es una enfermedad pero hay otras patologías asociadas que fomentan que las personas vayan a jugar. Hay personas con problemas mentales y tienen una pequeña paga y juegan y se lo gastan todo en dos o tres días. Lo que hacen es ponerse peor y a esas personas se las podría proteger, pero aquí parece que prima más el negocio que la salud.

-¿Cómo está la situación en Almería?

-Han subido los casos en los últimos meses. Además, octubre y noviembre son tradicionalmente meses de un pico importante porque acaba el verano, terminan las vacaciones ,y es cuando se ha descubierto un problema de juego. Además ahora empezamos a participar más en los medios de comunicación, se hace más extensivo esto y hace que lleguen más personas a pedir ayuda.

-La situación de los adictos almerienses, ¿es similar a la de otros andaluces o es diferente?

-Habría que mirarlo con detenimiento pero creo que es similar. Es cierto que en la zona del Poniente sí que a lo mejor hay más juego ilegal, más juego encubierto, es un mundo del que cuesta más trabajo salir.

-¿Se hace lo suficiente desde la Administración para luchar contra ese juego ilegal?

-Se hace pero poco. Cuando nosotros nos enteramos de alguna irregularidad lo denunciamos; lo podemos hacer vía Internet, de una forma que van a guardar tu anonimato. Sin embargo, el ciudadano todavía no está educado para eso. Todavía seguimos viendo algún menor jugando en un bar en la máquina tragaperras y hacemos la vista gorda. O a un padre con un menor en brazos jugando a la máquina y nadie le llama la atención. Seguimos mirando para otro lado.

- Dentro de las reivindicaciones que tienen, ¿cuál sería la prioritaria?

-En primer lugar que tuviésemos espacios para desarrollar nuestras actividades con la tranquilidad de que el dueño que nos tiene alquilado el local no nos va a violentar con toda la razón del mundo porque no le hayamos pagado el alquiler. En el caso de Almería todavía no lo han pagado y ya estamos terminando el año. Que se adecuen espacios, sabemos que hay muchos locales por parte del Ayuntamiento, la Junta o del Gobierno local que se podrían dedicar a nuestras asociaciones y trabajar.

-¿Cómo motivaría a quienes ni reconocen el problema ni piden ayuda?

--Diciéndoles que se acerquen, que les vamos a guardar su anonimato, que les vamos a dar información y les vamos a orientar y a poner en el camino. Que miren que cuando el juego deja de ser un divertimento para ser un sufrimiento hay que dejarlo y darse cuenta que es una enfermedad y necesitamos ayuda.