Logotipo AMALAJER

Imaginen los límites a los que la adicción al juego puede llevar.

La popular tonadilla de “No estaba muerto. Estaba tomando cañas” vuelve en versión videojuegos. Las autoridades chinas han localizado a una mujer que llevaba desaparecida desde hacía 10 años y a la que sus familiares ya daban por muerta. Esta muy viva, y lleva todo ese tiempo jugando en un cibercafé.

Hace una década ya, una joven de 14 años llamada Xiao Yun desapareció de su casa en la provincia de Zhejiang. Sus padres denunciaron su ausencia, pero Xiao Yun nunca volvió a dar señales de vida hasta ahora. Una inspección rutinaria de la policía en un cibercafé encontró a una joven de 24 años que levaba documentación falsa. Se trataba de la desaparecida.

Según ha explicado la propia Xiao Yun, huyó de casa tras una discusión con sus padres. Aficionada al videojuego online CrossFire, la joven se ha dedicado desde entonces a jugar en diferentes cibercafés. De noche aprovechaba algunos establecimientos que no cerraban para dormir, o acudía a casas de baños y albergues. Ocasionalmente, Xiao Yun trabajaba de cajera en algunos de los locales para obtener fondos con los que comprar comida y seguir financiando sus partidas. Solo en la provincia de Wuhan hay unos 2.000 cibercafés. Pasar la noche jugando en uno de ellos apenas cuesta unos céntimos de euro.

Xiao Yin ha sido multada con 1.000 yuanes (unos 147 euros) por resistencia a la autoridad y será entregada a sus padres. En una entrevista al Qianjiang Evening News, su madre ha explicado que la joven era muy impaciente y tozuda, motivo por el que discutían a menudo. Los cafés con conexión a Internet son una fuente continua de sucesos en estos países. En Taiwán, un joven murió a principios de este año en un cibercafé tras pasar tres días jugando sin parar. En China, una joven dio a luz en el interior del cubículo de uno de estos establecimientos.

En Japón la situación es incluso peor. Un informe del Ministerio de Trabajo, Salud y Bienestar recogido por Bloomberg señala que en 2007 dormían en cibercafés un total de 60.900 personas, de las que alrededor de 5.600 eran residentes permanentes.