La mujer apagó el router a medianoche por el uso «compulsivo» que su hija hacía del teléfono móvil, lo que motivó la reacción violenta de la adolescente

La pandemia del coronavirus ha alejado a los menores de sus iguales y los ha empujado hacia las pantallas. La distancia social se ha traducido en muchos hogares en una sobredosis de ordenadores, consolas, televisiones, tabletas y móviles. Datos, megas y wifi. Internet. En Málaga, una menor de 15 años ha sido detenida por pegar a su madre porque le apagó el router.

Los hechos sucedieron hace unos días en una barriada de la capital malagueña. La sala del 092 de la Policía Local de Málaga recibió una llamada de madrugada que alertaba de una fuerte discusión en un domicilio entre una mujer y su hija.

Una patrulla acudió a la vivienda indicada en el aviso. Llamaron a la puerta y les abrió una mujer de mediana edad visiblemente alterada. Según les contó, había tenido una disputa con su hija, de 15 años, por su uso compulsivo del teléfono móvil. Tanto era así que la madre decidió apagar el router a medianoche para impedir que la adolescente siguiera conectada a la red wifi.

La mujer explicó a los policías locales que su hija le recriminó que la dejara sin Internet, comenzó a insultarla y a golpear la puerta de una de las habitaciones, llegando a romperla. Finalmente, se marchó del domicilio sin decirle dónde iba. Y eran casi las cuatro de la mañana.

Mientras los agentes se encontraban en el lugar, la menor se presentó de nuevo en el domicilio. Cuando los funcionarios le preguntaron por lo ocurrido, la joven expresó que su madre no era nadie para decirle lo que tenía que hacer. Los policías locales trataron de conversar con ella para hacerle entrar en razón, pero la menor se mostró muy poco colaboradora. Incluso, por momentos, desafiante, según las fuentes consultadas.

Al cabo de un rato, viendo que la adolescente parecía calmarse, los agentes se marcharon del domicilio, de común acuerdo con la madre, no sin antes advertirle de que si tenía el más mínimo problema los avisara inmediatamente.

No habían transcurrido ni 20 minutos cuando la sala del 092 recibía una nueva llamada de auxilio de la progenitora. Eran exactamente las 4.30 horas. La mujer manifestó por teléfono que su hija se había puesto muy agresiva y tenía miedo de que le pegara.

Los policías solo tardaron unos minutos en llegar. Llamaron a la puerta y, de nuevo, les abrió la madre. Según les dijo, la menor le había vuelto a insultar e incluso le había propinado un manotazo, además de causarle arañazos en un brazo. Después, la joven se encerró en su cuarto y cerró por dentro con llave.

Los funcionarios se acercaron a su puerta y trataron de convencerla de que abriera. Ella se negó, pero al cabo de unos 20 minutos lograron que depusiera su actitud. La adolescente reconoció que había intentado marcharse de nuevo de su casa y que, cuando su madre se lo impidió, mantuvieron un forcejeo.

A la vista de los hechos, los policías locales la detuvieron por un presunto delito de maltrato en el ámbito familiar y la pusieron a disposición de la Fiscalía.